Esta mañana mientras me alistaba para irme a trabajar, me agobiaba un pensamiento. Trataba de alentarme a mí misma y decirme todo va estar bien, pero parecía que nada sucedía. Durante el día, mientras trabajaba y pensaba en lo que me preocupaba, recordé lo que había escuchado acerca de la fe en una predica del día anterior.
Entonces le dije a Dios; Necesito cambiar mi lenguaje, te he estado hablando de mis problemas, pero no les he dicho a mis problemas que tú eres mi Dios. Y justo en ese momento entro una paz a mi corazón, como si Dios me hubiese dicho; Ahora si nos estamos entendiendo.
¿Qué es lo que está saliendo de tu boca? ¿Estas Escuchando que palabras estas diciendo?
A diario estamos luchando con circunstancias pequeñas o grandes, con vientos recios, que vuelcan nuestra vida en un abrir y cerrar de ojos. ¿Pero sabias que tu lenguaje influye en esas situaciones? La mayor parte del tiempo estamos expresando palabras negativas de las cosas que se nos presentan, muchas veces nuestras oraciones son quejas hacia Dios hablando de lo mal que lo estamos pasando, le hablamos de esa dura crisis familiar, financiera, de una enfermedad que nos sorprendió, casi le ordenamos que nos saque de ella. Pero no estamos poniendo en práctica el lenguaje de su palabra, el lenguaje de la fe que él nos ha proporcionado.
El lenguaje de la fe no niega la existencia de la enfermedad, no niega las carencias económicas, no niega los problemas o conflictos que se presentan. El lenguaje de la fe no es un lenguaje de «pretensiones», como si sólo pronunciando ciertas palabras mágicas, pudiéramos salir de la pobreza, la enfermedad, el divorcio o cualquier otro problema que vemos o enfrentamos.
Pero hay una manera especial de responder en fe a la realidad. Cuando lo haces, ¡hablarás de cierta manera! Tu lenguaje empleará palabras de fe. En vez de rendirse a la realidad de la circunstancia, la fe hablará de la voluntad del Señor para ese momento. En vez de ahondar en los síntomas de la realidad, la fe meditará en las promesas de Dios. En vez de someterte a la derrota o al desánimo, la fe dará alabanza a Dios por su bondad.
Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua; Y el que la ama comerá de sus frutos.
Decidamos poner en practica nuestro lenguaje de Fe. ¿Y cómo te preguntaras tú? esto sólo es posible en la medida en que estemos dispuesto a dejar que la palabra de Dios se convierta en el patrón de tus propias palabras.
Escrito por Liz Acosta | e-mail:lizscarleth070191@gmail.com