Durante mi primer año de Universidad, leí un libro asignado por la que en ese tiempo era mi maestra de español. Libro de motivación que me gustó mucho, su nombre “Quien se ha llevado mi queso”, un libro en estilo de parábola que describe los cambios en el trabajo y la vida privada y sus cuatro típicas reacciones:
Hay momentos en la vida del ser humano en donde te sientes muy seguro, hablando económicamente, en la vida familiar, en un matrimonio, en un noviazgo, quizá en el ministerio donde estas sirviendo etc. ¿Pero qué pasa cuando eso tan seguro que tenías se derrumba? Toca enfrentar el cambio.
Todos a diario estamos experimentando cambios, la mayor parte del tiempo nos resistimos a ellos. Porque ya estamos adaptados a cierto estilo. Pensamos que no hay otros métodos o formas de hacerlo.
Sin embargo, los cambios son necesarios, si las empresas los ponen en práctica, para mejorar sus niveles de productividad y mantener su calidad, su funcionamiento, para ser líderes en un mercado, cuanto más necesario será para nosotros como hijos de Dios estar en una constante cambio y renovación en todas las áreas de nuestra vida de acuerdo a su palabra.
Los cambios por lo general a nadie le gustan, pero si nos ponemos analizar son estos los que como ser humano te hacen crecer, te hacen subir a un próximo nivel, incluso a descubrir talentos, habilidades y a desarrollar tu carácter al máximo.
Los cambios se vuelven difíciles, sobre todo para la persona que le gusta mantener todo bajo control, sigue una rutina estricta y limitan su vida a eso. Pero cuando te enfrentes a lo desconocido, en lugar de resistirlo de manera automática, “Mira hacia adelante y fija los ojos en lo que está frente a ti (Proverbios 4:25 NTV)
Hazte las siguientes preguntas: ¿Qué me está enseñando Dios? ¿Qué oportunidades conlleva? Un cambio da paso a otro y te da la oportunidad de crecer. No te resistas a vivir en tu zona de confort, Dios tiene algo mejor para ti y él te ha dado la capacidad de enfrentar cambios con su ayuda. Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra pero tienes que estar dispuesto a entrar por ella.
Escrito por Liz Acosta | e-mail:lizscarleth070191@gmail.com