Unos días atrás yo le comentaba a una amiga, que estaba tratando de huir de ciertas responsabilidades de la iglesia, no quería involucrarme mucho y tenía mis motivos y razones listos para dárselos al primer ser humano que me dijera que porque no entraba a formar parte. Tenía la excusa perfecta para evadir cualquier
responsabilidad dentro de la congregación.

Las excusas son un motivo ligero o falso. Y es algo que utilizamos para tratar de evadir, de justificar, de quitarnos una responsabilidad, simplemente por no comprometernos con algo o alguien. En el libro de Génesis 3:12-13 Podemos encontrar la primera excusa realizada por el hombre; Y el hombre respondió: La mujer que tú me disté por compañera medio del árbol, y yo comí. Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí.

Así sucede en nuestra vida diaria, tenemos la tendencia a decir una Excusa para justificar algo no logrado. En la Biblia podemos encontrar a varios personajes justificándose también; Moisés por ejemplo dijo que él no podía hablar, Gedeón dijo que era muy pobre, Jeremías que era muy joven y así entre otros.

¿Que excusas tú le estas poniendo a Dios para no hacer lo que él te ha mandado?

Dios hablaba a mi corazón por todas las excusas que yo tenía y meditaba y analiza en esto: Las excusas solo retienen el plan divino de nuestro creador, retienen que tú y yo vivamos bajo la voluntad perfecta de Dios. Retienen que tu experimentes las nuevas etapas y temporadas que el específicamente ha diseñado para tu vida, retienen el futuro bendecido que Dios tiene preparado, retienen absolutamente todo en tu vida.

Es por eso que muchas veces tenemos sentimientos de inconformidad, insatisfacción de la vida que llevamos, frustraciones, descontentos y una serie de sentimientos mezclados que al final sientes que no sabes que pasa contigo. Pero es que le hemos puesto tantos peros a Dios con tal de no hacer lo que él quiere. ¿cuál es tu excusa?

Analiza tu interior y medita que excusa le has estado presentando a Dios. Y quiero que hagas esta oración, Este es el tiempo perfecto para que juntos le digamos: Señor hoy decido en mi corazón y en mi mente entregar y rendir cada excusa, cada argumento, cada justificación para no hacer tu voluntad. Sé que tienes un plan especial para mi vida y yo lo quiero cumplir. Te pido perdón por retener todo lo bueno que tienes para mí, pero hoy quiero hacer lo que tú me pidas. Amen.

Escrito por Liz Acosta | e-mail:lizscarleth070191@gmail.com